miércoles, 1 de octubre de 2008

De vuelta en Francia

Después de un mes de paso por Cali Colombia, he regresado a Francia. Mi viaje fué bastante agitado porque llegué a Madrid (realmente a un pueblo al sur de Madrid que se llama Ciempozuelos) haciendo escala en Bogotá y luego durmiendo una noche que se redujeron a unas horas para coger mi vuelo vueling a Paris. Llegué a Paris el sábado y esa noche salí con Santiago, un compañero de Univalle que tuvo la gentileza de hospedarme hasta el lunes. Ese sábado hubo una muestra de comida típica colombiana así como de artesanías a la que llegamos cuando estaban recogiendo los stands. Lo que si no nos perdimos fué un concierto de salsa con una banda super buena que tocó al ladito de la feria colombiana, en la alcaldía del 12eme arrondissement.




Después de Paris, pasé a Reims en TGV (tren de alta velocidad) el lunes en la mañana. Llegué a la residencia universitaria donde afortunadamente Priscilla, la encargada de la oficina de relaciones internacionales, me logró conseguir un cuarto. Sino, quién sabe hoy desde dónde estaría escribiendo esta entrada. Ahora estoy de vuelta en Reims y siento la necesidad de escribir.




Estar en Colombia me ayudó a reencontrarme con mis raíces. Recordé lo que se siente ser colombiano en Colombia. Recordé lo que es sentirse caleña en Chipi Chape y lo que es volver a hablar caleño fluido sin tener que explicar en cada frase lo que quiero decir con los regionalismos que utilizo. Sentí de llegada a Cali, lo festiva y folclórica que la gente es. Al salir me recibieron con aplauso y grito. Claro, a todos los que salieron detrás mío también. La razón, como mi vuelo llegaba de Madrid directamente, un grupo de gente celebraba la llegada de los desconocidos de ese vuelo avianca que compartían entre ellos el regreso de un país lejano y un viaje largo. A mi solo mi amiga Sandra me esperaba y me explicó que la gente estaba contenta y celebraba la llegada de todos como propia.




El contraste lo sentí cuando llegué a Madrid. Allí nadie me esperaba y aún así busqué una cara conocida como pensando que tal vez por esas casualidades de la vida alguien conocido pudiera aparecer. Obviamente eso no pasó y me apresuré a buscar el metro para ir a Nuevos Ministerios y seguir para ciempozuelos.




Todavía no empiezo clases y soy la primera en llegar de los que comienzan el segundo año de master. Los nuevos de primer año ya llegaron y me la he pasado con ellos. Ya estaré reportando lo que me pase este segundo y último año de master.



Con Santiago y su amiga Natalia de Indonesia

2 comentarios:

Jr. dijo...

Hola Mi Sandris. Que bueno que te fue bien en tu viaje de regreso. Espero que el segundo año del master traiga todo lo mejor para vos y que nos sigás compartiendo tus reflexiones por medio de tu blog. Desde Honduras un abrazote y mucha buena energía en todo lo que hagás.

Lucho

Anónimo dijo...

Salut!
¡Ah los retornos a donde nadie nos espera salvo nuestro propio camino! Y ahora a estudiar que el otoño y la grisaille no dan para más!
Un saludo parisino