viernes, 28 de marzo de 2008

Ayer sentí miedo

En el bus que tomé para ir a la clase de francés sentí miedo...
Subí por la parte trasera del bus porque aquí en Francia, al menos en Reims lo puedes hacer, y me quedé de pie porque los asientos estaban húmedos. Había llovido en la mañana.

Unos muchachos hablaban a mi espalda y parecían unos adolescentes comunes y corrientes.
Sin embargo, de un momento a otro uno de los tres empieza a rayar con algo filoso que parecía una aguja, las ventanas del bus.
Escribieron palabras incomprensibles de lado a lado del vidrio donde dice salida de emergencia.
Yo abrí mis ojos como papayas pero inmediatamente oculté mi expresión de sorpresa y les di más la espalda. No quería verlos. No quería que sintieran mi mirada...

Luego el muchacho que estaba rayando la ventana de la salida de emergencia pasó al otro lado, a la puerta de salida y siguió rayando con fuerza y orgullo. Yo quería bajarme, quería irme a la parte de adelante, pero pensé que si me movía podría ser peor, así que me quedé parada a su lado (dando la espalda) y pensando que solo querían dañar las ventanas del bus. (Cómo si eso fuera insignificante! yo trataba de calmarme!) Lo que más me aterraba era que estuvieran usando algo filoso y no un marcador indefenso. No dejaba de pensar que esa ventana del bus podría volverse la piel de una persona. Acallaba mis pensamientos.

Finalmente estos jóvenes se bajaron en theatre y me dieron uno de los sustos más grandes en Francia hasta ahora durante los 5 minutos que estuve compartiendo con ellos el bus...y todo porque al final decidí ir a la clase de francés!!!


Lo que pasó en la clase al llegar no podía ser más relevante...el profesor, con morados en sus ojos, nos contó que lo habían golpeado el fin de semana porque había tratado de parar a un ladrón que intentó robar a unos turistas holandeses en Lille...y aprendí la expresión je me suis fait agresser. Afortunadamente mi miedo y cobardía me obligaron a no intervenir en la situación de los jóvenes que antes describí...y no tuve que contar como mi profe en clase que je m'étais fait agresser.

lunes, 24 de marzo de 2008

La verdadera edad de los países

Encontré este texto muy bien escrito y que revela algunos de los sentimientos que como latinoamericana a veces me invadían en España... Este señor Hernán Casciari retrata muy bien a muchos latinoamericanos, me siento muy identificada con sus escritos....

There is an English version of this text in his web site that a portorican submitted voluntarely.
I strongly recommend Casciari's web site because it portraits extremely well what many Latin American people feel and act like. I personally felt very identified with his writing...


La verdadera edad de los países


por Hernán Casciari


Una lectora sagaz me dice en el comentario 227 del artículo llamado España, decí alpiste, que 'Argentina no es mejor ni peor que España, sólo más joven'. Me gustó esa teoría y entonces inventé un truco para descubrir la edad de los países basándome en el sistema perro. Desde chicos nos explicaron que para saber si un perro es joven o viejo había que multiplicar su edad biológica por 7. Con los países, entonces, hay que dividir su edad por 14 para saber su correspondencia humana. ¿Confuso? En este artículo pongo algunos ejemplos reveladores.

Argentina nació en 1816. Tiene ciento ochenta y nueve años. Si lo dividimos por 14, Argentina tiene trece años y cuatro meses. O sea, está en la edad del pavo. Argentina es rebelde, es pajera, no tiene memoria, contesta sin pensar y está llena de acné. Por eso le dicen el granero del mundo.

Casi todos los países de América Latina tienen la misma edad y, como pasa siempre en esos casos, hay pandillas. La pandilla del Mercosur son cuatro adolescentes que tienen un conjunto de rock. Ensayan en un garage: hacen mucho ruido y jamás sacaron un disco. Venezuela, que ya tiene tetitas, está a punto de unirse para hacer los coros. En realidad quiere coger con Brasil, que tiene catorce y la poronga grande. Son chicos; un día van a crecer.

México también es adolescente, pero con ascendente indio. Por eso se ríe poco y no fuma inofensivo porro como el resto de sus amiguitos. Fuma peyote y se junta con Estados Unidos, que es un retrasado mental de 17 que se dedica a matar a chicos hambrientos de seis añitos en otros continentes.

En el otro extremo, por ejemplo, está la China milenaria: si dividimos sus 1.200 años entre 14, nos da una señora de ochenta y cinco, conservadora, con olor a pis de gato, que se la pasa comiendo arroz porque no tiene para comprarse la dentadura postiza. Tiene un nieto de ocho, Taiwán, que le hace la vida imposible. Está divorciada hace rato de Japón, que es un viejo cascarrabias al que todavía se le para la chota. Japón se juntó con Filipinas, que es jovencita, es boluda y siempre está dispuesta a cualquier aberración a cambio de dinero.

Después están los países que acaban de cumplir la mayoría de edad y salen a pasear en el BMW del padre. Por ejemplo Australia y Canadá. Estos son típicos países que crecieron al amparo papá Inglaterra y de mamá Francia, con una educación estricta y concheta, y ahora se hacen los locos. Australia es una pendeja de 18 años y dos meses que hace topless y coge con Sudáfrica; Canadá es un chico gay emancipado que en cualquier momento adopta al bebé Groenlandia y forman una de estas familias alternativas que están de moda.

Francia es una separada de 36 años, más puta que las gallinas, pero muy respetada en el ámbito profesional. Es amante esporádica de Alemania, un camionero rico que está casado con Austria. Austria sabe que es cornuda, pero no le importa. Francia tiene un hijo, Mónaco, que tiene seis años y va camino de ser puto o bailarín, o las dos cosas.

Italia es viuda desde hace mucho tiempo. Vive cuidando a San Marino y a Vaticano, dos hijos católicos idénticos a los mellizos de los Flanders. Italia estuvo casada en segundas nupcias con Alemania (duraron poco: tuvieron a Suiza) pero ahora no quiere saber nada con los hombres. A Italia le gustaría ser una mujer como Bélgica, abogada, independiente, que usa pantalón y habla de tú a tú de política con los hombres. (Bélgica también fantasea a veces con saber preparar spaghettis.)

España es la mujer más linda de Europa (posiblemente Francia le haga sombra, pero pierde en espontaneidad por usar tanto perfume). España anda mucho en tetas y va casi siempre borracha. Generalmente se deja coger por Inglaterra y después hace la denuncia. España tiene hijos por todas partes (casi todos de trece años) que viven lejos. Los quiere mucho, pero le molesta que los hijos, cuando tienen hambre, pasen alguna temporada en su casa y le abran la heladera.

Otro que tiene hijos desperdigados es Inglaterra. Gran Bretaña sale en barco a la noche, se culea pendejas y a los nueve meses aparece una isla nueva en alguna parte del mundo. Pero no se desentiende: en general las islas vivien con la madre, pero Inglaterra les da de comer. Escocia e Irlanda, los hermanos de Inglaterra que viven en el piso de arriba, se pasan la vida borrachos, y ni siquiera saben jugar al fútbol. Son la vergüenza de la familia.

Suecia y Noruega son dos lesbianas de 39, casi 40, que están buenas de cuerpo a pesar de la edad y no le dan bola a nadie. Cogen y laburan: son licenciadas en algo. A veces hacen trío con Holanda (cuando necesitan porro), y a veces le histeriquean a Finlandia, que es un tipo de 30 años medio andrógino que vive solo en un ático sin amueblar, y se la pasa hablando por el móvil con Corea.

Corea (la del sur) vive pendiente de su hermana esquizoide. Son mellizas, pero la del norte tomó líquido amniótico cuando salió del útero y quedó estúpida. Se pasó la infancia usando pistolas y ahora, que vive sola, es capaz de cualquier cosa. Estados Unidos, el retrasadito de 17, la vigila mucho, no por miedo, sino porque quiere sus pistolas.

Israel es un intelectual de sesenta y dos años que tuvo una vida de mierda. Hace unos años, el camionero Alemania (que iba por la ruta mientras Austria le chupaba la pija) no vio que pasaba Israel y se lo llevó por delante. Desde ese día, Israel se puso como loco. Ahora, en vez de leer libros, se la pasa en la terraza tirándole cascotes a Palestina, que es una chica que está lavando la ropa en la casa de al lado.

Irán e Irak eran dos primos de 16 que robaban motos y vendían los repuestos, hasta que un día le robaron un respuesto a la motoneta de Estados Unidos, y se les acabó el negocio. Ahora se están comiendo los mocos.

El mundo estaba bien así, es decir, como estaba. Hasta que un día Rusia se juntó (sin casarse) con la Perestroika y tuvieron docena y media de hijos. Todos raros, algunos mogólicos, otros esquizofrénicos.

Hace una semana, y gracias a un despelote con tiros y muertos, los habitantes serios del mundo descubrimos que hay un país que se llama Kabardino-Balkaria. Un país con bandera, presidente, himno, flora, fauna, ¡y hasta gente!

A mí me da un poco de miedo que nos aparezcan países de corta edad, así, de repente. Que nos enteremos de costado, y que incluso tengamos que poner cara de que ya sabíamos, para no quedar como ignorantes. ¿Por qué siguen naciendo países nuevos —me pregunto yo— si los que hay todavía no funcionan?

jueves, 13 de marzo de 2008

De Reims

La siguiente entrada la escribí el 7 de marzo...

Reims


Así como antes había intentado escribir de Granada, pues ahora escribiré de Reims.


Reims es una ciudad, por lo poco que he visto en una semana larga que llevo aquí, dedi parada como decimos en español colombiano. Los franceses de esta ciudad son medio burgueses. Ya lo había escuchado y puedo decir que esa ha sido mi impresión en este corto tiempo. Aquí a diferencia de Granada que es el destino más apetecido por los Erasmus europeos, se ven pocos estudiantes extranjeros lo que puede ser a la vez positivo y negativo. El lado negativo es el que más resalta. Al no haber muchos estudiantes extranjeros y al ser Reims una ciudad burguesa pues hay pocas posibilidades de que los extranjeros interactúen con los locales. Dicho de otra manera, es difícil mezclarse. Algo parecido pasaba en Granada, conocí a pocos estudiantes granadinos y por los que conocí no puedo decir mi impresión porque sería demasiado superficial. Sin embargo, en Granada hay estudiantes extranjeros por montón, lo que hace posible que el peso de ser extranjero en tierra lejana no sea tan grande.


El lado positivo de ser una estudiante extranjera en Reims es que por ser una novedad, el trato que recibes de las oficinas y servicios de relaciones internacionales es muy bueno. En estas instancias somos novedad. Claro, supongo que pocas veces en estas oficinas ven a un taiwanés, una malasia (no he podido descubrir el gentilicio en español), y probablemente una colombiana en Francia. Esa es una ventaja. Ahora bien, eso no pasó en la oficina de asignación de residencias universitarias, a falta de extranjeros, cuando llegan algunos quieren asegurarse de que van a pagar su cuarto y eso me lo hicieron saber. De todas formas, este es el primer diagnóstico que hago a mi llegada a Reims, ya estaré dando reportes de mis siguientes impresiones y al final de mi estadía en Francia, espero decir que en Reims logré hacer amigos franceses que se mezclaron con estudiantes extranjeros.


PS: Nuestro grupo de estudiantes del master está compuesto por los que arriba mencioné más una portuguesa y una española, perdón CATALANA, que quede claro, no es española porque ya me lo ha hecho saber. A ambas no las mencioné arriba porque no son tanta novedad, siguen siendo europeas y eso se nota por encima, así como se nota por encima que los otros tres somos extranjeros.

A mis viejos

En vista de que no he tenido internet en casa desde que llegué a Francia, me veo obligada a publicar de manera masiva textos que había escrito hace un rato. El siguiente por ejemplo, lo escribí el 23 de febrero, antes de viajar a Francia, país donde tuve que hacer mi movilidad en este segundo semestre.

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De nuevo empacando y de nuevo extrañando...los.


Hace exactamente cinco meses me encontraba en una situación similar a la que me encuentro ahora. Estaba corriendo con los preparativos para mi viaje, para mi aventura Erasmus Mundus. En ese momento no visualizaba el impacto que esta experiencia iba a tener en mi vida porque estaba demasiado preocupada por el proceso de mi visa. Justo un lunes 24 de septiembre pude al fin respirar y ver más allá de lo próximo que tenía en ese momento, porque solo hasta ese lunes tuve en mis manos la dichosa visa que había estado esperando por seis largas semanas (Había depositado mi solicitud el 8 de agosto).


Sin embargo, nada me había intuir lo feliz y a la vez errante que iba a permanecer durante los siguientes meses. Hoy, a cinco meses de haber comenzado esta aventura puedo decir que el balance es muy satisfactorio a pesar de los altibajos que uno puede sufrir por estar lejos de casa, lejos de los nuestros. Tal vez es al mismo tiempo eso lo que te ubica cuando te sientes perdido. Estando lejos valoras tus raíces y fortaleces tu identidad, al tiempo que la completas con las perspectivas que otros te ofrecen.


Las mismas dudas que nos saltan cuando estamos en familia son las mismas que ahora tengo. Qué será de mi vida en unos años? Dónde estaré trabajando? En qué idioma estaré hablando, viviendo, sintiendo? Con quién estaré compartiendo mi vida? Seguiré dejando mis amigos regados por el mundo como antes los dejé en Cali y como ahora los dejo en Granada?


Pero todo se resuelve haciendo una llamada y sintiéndome de nuevo en casa, pudiendo pensar con claridad y aterrizando mis dudas, miedos y sueños. Al final son mis viejos el motor de mi vida. Son su sacrificio y sus oraciones las que me mantienen enfocada. Como hija única siento que cargo con mucha responsabilidad sobre mi espalda. Tal vez por eso cuando tenga hijos pienso tener más de uno. No quiero que mis hijos sientan la enorme carga de ser hijo(a) único (a). No es que haya sido malo, no, pero siempre es mejor crecer con la compañía de un hermano. Siendo hija única tienes dos opciones, o crecer siendo extremadamente introvertido o muy sociable y manejando la soledad cuando hace falta. En el segundo caso me ubico yo, aunque haya pasado por la primera etapa durante mi adolescencia.


Sin adentrar más en detalles sobre la conveniencia o no de ser hijo único, quería resaltar la importancia de mis padres en mi vida. Cada vez que hablo por teléfono con ellos, me da mucha alegría saber que se sienten orgullosos de mi y que están felices a pesar de mi ausencia. Si ellos supieran lo orgullosa que yo estoy de ser su hija, de haber nacido de una pareja madura que esperó muchos años para encontrarse y para luego tenerme, porque ambos se casaron muy mayores. Que a pesar de que apenas hayan terminado primaria, me han enseñado más que muchos profesores que tienen no sé cuántos doctorados. Qué a pesar de que soy muy diferente a ellos, les reconozco su constancia y sacrificio en la vida tan mesurada que han llevado. Que aunque su sabiduría no haya llegado más allá de la tienda que manejan en el barrio primero de mayo de Cali, sus genes están recorriendo el mundo y espero que a estas alturas tenga algo de la sabiduría que sus años les ha dado. Qué me hacen una falta la hijuemadre! Qué los llevo en mi corazón y en mis pensamientos constantemente y que me moriría por abrazarlos y decirles en persona todo lo que acabo de escribir aquí mismo a viva voz!


En dos palabras que 'los amo', mis gordos bellos.