Hoy fuimos a visitar una empresa que produce los vinilos (no sé el nombre en español así que hago traducción literal) que recubren el piso y que se hacen de fibra de vidrio y que tienen una consistencia blanda. Son como azulejos o placas de cerámica que se usan para cubrir el suelo pero hechos de varias capas que parecen una alfombra, pero que son como plastificados. El caso es que la elaboración de este "cubre-suelos" pasa por diferentes etapas en varios cilindros que ruedan para hacer pasar la "gran alfombra" y en el que a medida que avanza se le agrega un nuevo "ingrediente". Es complicado de explicar cuando no se ve, pero lo que me llamó mucho la atención es que este proceso se hace muy lentamente. Cada cilindro gira a poca velocidad y en palabras de nuestra acompañante, se hace "a dos tiempos" para evitar que la fibra se rompa.
Esto me hizo recordar que en la vida a veces es muy necesario tomarse las cosas con calma y hacer girar los cilindros de nuestras vidas a dos tiempos para evitar que nuestros coranzoncitos se nos rompan. Ahh, en el proceso de producción, si se detectaba un error, la producción no se paraba, el pedazo que resultaba defectuoso, simplemente se cortaba. Ojalá a veces pudiéramos hacer como en esta empresa, cortar y seguir. Esas partes defectuosas no se reconocen en la vida real tan fácilmente, a veces tenemos que verlos con cierta distancia para notar que de verdad eran defectuosos y como en el sistema de gestión de la calidad, realizar una acción de mejora para dejar de cometer el mismo error.
Definitivamente la visita de esta empresa me sirvió para hacer una analogía algo forzada, pero creo que muy pertinente ;)
Esto me hizo recordar que en la vida a veces es muy necesario tomarse las cosas con calma y hacer girar los cilindros de nuestras vidas a dos tiempos para evitar que nuestros coranzoncitos se nos rompan. Ahh, en el proceso de producción, si se detectaba un error, la producción no se paraba, el pedazo que resultaba defectuoso, simplemente se cortaba. Ojalá a veces pudiéramos hacer como en esta empresa, cortar y seguir. Esas partes defectuosas no se reconocen en la vida real tan fácilmente, a veces tenemos que verlos con cierta distancia para notar que de verdad eran defectuosos y como en el sistema de gestión de la calidad, realizar una acción de mejora para dejar de cometer el mismo error.
Definitivamente la visita de esta empresa me sirvió para hacer una analogía algo forzada, pero creo que muy pertinente ;)
1 comentario:
Hola mi sandris. Ya ví tu blogcito.Está bueno, pero pon las foticos correspondientes a tus paseos urbanos. Está bueno, me gusta este diario de viaje.
Un besito, Catalina.
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