Foto desactualizada de mi casa alumbrado 2006
que al menos da una idea de donde me sentí. La sala a mano derecha.
que al menos da una idea de donde me sentí. La sala a mano derecha.
Ayer llamé a mi casa. Hablé con mi mamá y mi papá. Mientras mi mamá y yo hablábamos, ella le dijo a mi tía, "Marta, apagáme la estufa" y en el fondo yo escuchaba la bocina de la mazamorra porque justo en ese momento pasaba por mi cuadra. Por un instante muy corto, me sentí en mi casa, pero claro, miré a mi alrededor y estaba en una cabina telefónica (teléfono público) muy lejos de mi barrio que ayer justamente cumplía años, porque se llama Primero de Mayo.
Pues bien, viajé, me transporté a la sala de mi casa y sentí que el tiempo pasaba menos rápido, que mis papás seguían con su rutina diaria, pero no por eso estaban aburridos. Mi papá estaba organizando algún producto en una estantería de nuestra tienda y mi mamá lo llamó para que viniera a hablar conmigo. Me lo imagino emocionado acercándose al teléfono.
Con mi mamá hablo de las noticias de la familia, que es poca porque mis papás no tienen mucha familia en Cali y porque además en realidad los más cercanos somos los tres. De los cuales uno (yo) está lejos y ahí ya el grupo se volvió un binomio. Esta vez, con mi mamá también hablé un poco de política y me cuenta todas las noticias que ya leí por internet, pero yo no la interrumpo, solo le digo, si, algo leí. Luego con mi papá hablamos más de política y al final me dijo "la quiero mucho". Mi papá, que pocas veces me ha expresado su afecto en palabras, esta vez, sin mayores vacilaciones lo hace espontáneamente, claro, después de que yo se lo digo, pero eso no importa. Estando lejos, creo que nos acercamos más y ellos valoran mucho a su hija loquita que anda por Europa y que estando con ellos o al menos llamándolos los hace muy felices.
Pues bien, viajé, me transporté a la sala de mi casa y sentí que el tiempo pasaba menos rápido, que mis papás seguían con su rutina diaria, pero no por eso estaban aburridos. Mi papá estaba organizando algún producto en una estantería de nuestra tienda y mi mamá lo llamó para que viniera a hablar conmigo. Me lo imagino emocionado acercándose al teléfono.
Con mi mamá hablo de las noticias de la familia, que es poca porque mis papás no tienen mucha familia en Cali y porque además en realidad los más cercanos somos los tres. De los cuales uno (yo) está lejos y ahí ya el grupo se volvió un binomio. Esta vez, con mi mamá también hablé un poco de política y me cuenta todas las noticias que ya leí por internet, pero yo no la interrumpo, solo le digo, si, algo leí. Luego con mi papá hablamos más de política y al final me dijo "la quiero mucho". Mi papá, que pocas veces me ha expresado su afecto en palabras, esta vez, sin mayores vacilaciones lo hace espontáneamente, claro, después de que yo se lo digo, pero eso no importa. Estando lejos, creo que nos acercamos más y ellos valoran mucho a su hija loquita que anda por Europa y que estando con ellos o al menos llamándolos los hace muy felices.
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